sábado, 12 de noviembre de 2011

UN DIA EN JODHPUR

Nos levantamos con intención de ver el barrio azul. Este es un barrio que se encuentra apartado ligeramente del resto de la ciudad. Por lo visto es uno de los primeros asentamientos fuera del fuerte. Es muy famoso por ser un barrio de artesanos. El problema es que resulta complicadillo llegar hasta él si no se sabe bien el camino.

En primer lugar nos dirijimos a la plaza del mercado, donde se encuentra la torre del reloj. Allí cogimos un tuc tuc tras regatear con un chavalito bastante majo. Pactamos 80 rupias por llegar al palacio rojo. Este palacio es la actual residencia del Maharajá. El palacio desde lejos es espectacular, de cerca pierde bastante, parece cartón piedra y para acceder a él hay que dar una serie de vueltas bastante estúpidas. Llegamos con el tuc tuc a las puertas del palacio, allí hay un hotel y unos metros (no más de 5) está la entrada al museo al que queríamos acceder. Para poder llegar a esa entrada en lugar de hacernos bajar del tuc tuc y hacer esos metros andando nos hicieron volver a coger el tuc tuc y rodear todo el recinto del palacio, en total 9 kilómetros, POR CINCO METROS!!!!!! nos quedamos alucinados. Encima el museo era un poco chunguillo, solo hay fotos del maharajá con muchas autoridades internacionales, una colección de relojes y su colección de cadillacs que son una pasada... pero punto pelota!!!. Vamos que si llegamos a saber el plan no vamos ni de casualidad.

Palacio de Mármol
Volvimos en otro tuc tuc que nos cobró 100 rupias precio fijo ya que o lo pillas o te dan por saco.
Llegamos otra vez a la torre del reloj y de ahí nos fuimos a comer. Quedamos con un zapatero callejero para las cinco. Nos arreglaría unas chanclas irreparables en España. A las cinco y media estábamos donde el zapatero. Antes de eso nos fuimos a un mausoleo construido en mármol, muy bonito pero otro saca rupias. Tenía unos jardines extensos y un estanque lleno de libélulas azules y peces negros.






Sunraj Mal, el zapatero
Volvimos andando tras dar un rodeo al Fuerte. Fuimos a comer y nos acercamos a donde habíamos quedado con el zapatero. Allí estaba, con la sonrisa en la cara nos pidió 50 rupias por el arreglo, 80 céntimos de euro, algo menos. Hicimos un pequeño regateo que nos resultó vergonzoso a los dos minutos ya que queríamos bajar el precio en 15 céntimos. Una cutrada, el hombre se rió pero aceptó el trato, al final le dimos lo que pidió al principio porque el trabajo que hizo fue espectacular. Metía la aguja con una facilidad increible. Le hicimos unas fotos y tras una breve entrevista indispensable en India nos fuimos de allí encantados y con la promesa de llevarle hoy otro zapato.




Un catalán, dos de Hernani y un Murciano
De allí fuimos a la plaza, nos sentamos y estuvimos hablando con una pareja de Hernani y un chaval de Murcia. Este último tocaba un instrumento llamado Bell. Lo hacía increiblemente bien. Por lo visto suele venir mucho por este pais.






Yoti y su amiguita
Sentados en un bar se acercaron dos niñas. Una de ellas empezó a hacer el gesto que hacen los niños de la calle, ese de llevarse las manos a la boca mientras tuercen el gesto en la cara. Se pasó así varios minutos. Nos pedía un lassi casi sin levantar la voz, para ella y para su amiguita más pequeña. No se parecían fisicamente pero parecían familia ya que la mayor cuidaba de la pequeña todo el rato y cuando pidió el lassi enseguida dijo que quería dos, otro para su amiga. Allí, sentadas a uestro lado se tomaron los dos lassi, sonriendo y cantando. Nos dijo que se llamaba Yoti, tenía unos ojos preciosos. Con el lassi en  la mano se levantaron a un gesto del dueño de la terraza. Allí nos quedamos viendo como desaparecía entre la mugre de la plaza, mirando hacia atrás y sonriendo. Al rato vino otra pidiendo un lassi, pero el cupo estaba cerrado por ese día y se fue con un bolígrafo para
la escuela.


Maite e Idoia
Por la noche nos vinimos al hotel a escribir un rato en la terraza y fue aquí donde nos encontramos con un par de chicas de San Sebastián. Habían ido conmigo al colegio, al cole Amara. Es increible puesto que hacía más de 20 años que no las veía. Una auténtica sorpresa que confirma que el mundo es un pañuelo.
Ellas son Maite e Idoia.




En el día de ayer se nos acercó el dueño del hotel y tras hablar un buen rato con él nos dijo que se casaba esta semana. Todo surgió cuando le pregunté el porqué de sus dedos pintados de rojo. Es una señal  de compromiso. Estába pletórico, con una ilusión en la cara increible. Nos invitó a su boda, a nosotros y al resto de personas que están ahora en el hotel, a todos los extrangeros. Nos dijo que para él sería un honor que estuviéramos presentes y que no es normal invitar a extrangeros a estas ceremonias. Él quería que estuviéramos presentes.


Fuerte de Jodhpur


Esta máñana nos ha dicho que habrá más de 3000 invitados. También me ha comentado que en India un hombre va a este tipo de ceremonias afeitado. Lo he pillado al segundo y le he dicho que a pesar de que llevo más e 10 años sin afeitarme lo haré por él, por la invitación a su boda. invitación que nos hace mucha ilusión.





Torre del Reloj
Mañana posiblemente no podamos colgar nada hasta la noche debido a este compromiso que tenemos. Aún no sabemos como iremos vestidos. Hay que ir muy elegantes y nosotros otra cosa no pero mierda en la ropa llevamos toda la del mundo. Menos mal que ayer llevamos la ropa a la lavandería. Un mérito increible quitar toda la mugre que llevaban las camisas. No creo haber llevado nada más cerdo en toda mi vida. La polución de la ciudad y el polvo se pega a la ropa y se te mete por los poros, en ocasiones es horrible pero a la vez muy divertido. Asi que esta tarde nos iremos de compras con las chicas de San Sebastian al market place del lugar, un sitio muy cuidado y a ver si encontramos algo con lo que salir del paso.
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