En el último post hablamos de algunas personas que conocimos en India, nos quedamos casi en la mitad del viaje, en nuestro paso por Orchha, el pequeño pueblo del centro de India. Hoy continuamos en ese mismo punto, la siguiente ciudad Kajuraho.
KAJURAHO:
La niña de la puerta azul. Aisha.
La veíamos cada mañana, se levantaba y desayunaba a nuestro lado, su madre le daba la comida y ella jugaba con Pilar, a la única que hacía algo de caso. Era muy linda y no paraba quieta ni un segundo, corría de un lado para otro y parecía ser una niñña muy feliz.
La joven de los tatus
Nos pidió 200 rupias por cada uno de los dibujos que haría en la mano de Pilar y Gala, al final se quedó en la mitad y se lo curró a medias ya que empezó con muchas ganas y se le fue marchando la fuerza a medida que pasaba el rato.
Era muy simpática y tenía unos ojos enormes.
Tanto esta chica como la anterior vivían en el Guest House en el que estuvimos en Kajuraho.
KAJURAHO:
La niña de la puerta azul. Aisha.
La veíamos cada mañana, se levantaba y desayunaba a nuestro lado, su madre le daba la comida y ella jugaba con Pilar, a la única que hacía algo de caso. Era muy linda y no paraba quieta ni un segundo, corría de un lado para otro y parecía ser una niñña muy feliz.
La joven de los tatus
Nos pidió 200 rupias por cada uno de los dibujos que haría en la mano de Pilar y Gala, al final se quedó en la mitad y se lo curró a medias ya que empezó con muchas ganas y se le fue marchando la fuerza a medida que pasaba el rato.
Era muy simpática y tenía unos ojos enormes.
Tanto esta chica como la anterior vivían en el Guest House en el que estuvimos en Kajuraho.