lunes, 14 de noviembre de 2011

BODORRIO EN INDIA


Autobús de mujeres
Cuando llega uno a un lugar como la India lo que supone es que muchas cosas son diferentes al pais del que viene. Y en verdad muchas cosas lo son, casi todas. Lo que está claro es que las cosas malas son malas en todos lados, con sus matices, pero siguen siendo malas.
Nos imaginábamos una boda llena de glamour, con mucho colorido y con montones de actividades. Las bodas son iguales que en España. Creemos que fue lo más parecido a estar en la boda de Farruquito.



Lunch
No sabríamos decir que fue lo mejor de la boda, lo que está claro es que hubo montones de cosas negativas. Sin ir más lejos diremos que fue lo más parecido a lo que sienten los monos y chimpancés en el zoo. Nos levantamos a eso de las 7 de la mañana, el día prometía un montón y nos vestimos para la ocasión con nuestras mejores galas. Nos habíamos comprado ropa que se asemejase un poco a la ropa que ellos llevan, camisas coloridas y pantalones anchos. Nos pusimos lo mejor que teníamos para no desentonar lo más mínimo.





Hodei, Koen, yo y Hans


A las 8 de la mañana estábamos todos los extranjeros (doce en total). Una japonesa (muy graciosa y dormilona, se quedaba dormida en todas partes cubierta de una tela india), dos holandeses majísimos con los que estuvimos hablando todo el día, él se llama Koen. También había un padre y una hija de Suiza, Hans y Claudia, una pareja con muy buen rollo. Hans es un tio super tranquilo con una sonrisa de muy buena persona, ella también es muy sonriente. También había un padre y dos hijos españoles de Alicante, Vicente, Odey y Zaida así como las chicas de Donosti Idoia y Maite.
Nos subieron a la azotea del hotel a desayunar y allí empezaron las esperas, no salimos de allí hasta una hora y pico después.

De ahí nos llevaron a por el autobus que se encontraba al otro lado de la plaza del mercado, donde se encuentra la torre del reloj. Allí nos hicieron esperar otra hora y media con un sol de justicia. Nos separaron a hombres por un lado y mujeres por otro.

Los hombres íbamos en un autobus supuestamente con aire acondicionado, acondicionado a que abrieras la ventana. Las mujeres iban en un autobus destartalado.

Estacion de trenes de Myrta


Fuimos hasta la ciudad de Myrta a escasos kilómetros de Pushkar, nuestro siguiente destino.
Mirta es de dificil definición, bueno diremos que es un agujero de ciudad donde han hecho pruebas nucleares y luego lo han dejado todo tal cual llenándolo de niños. Es la ciudad del polvo y el calor.
Nada más llegar nos llevaron a un lunch con los mayores de la familia. La boda era musulmana y había mucha gente con barba y turbantes y gorros típicos del Rajhastán. El lunch fue suficiente, mucho dulce y algo de cordero que los vegetarianos no comimos. Por lo que dicen estaba muy picante.

A las mujeres en este lunch las metieron en una habitación muy pequeña que enseguida se llenó de chavalitos indios intentando ligar, haciendo fotos y grabando video como si nunca hubieran visto a una occidental. Uno de estos curiosos le robó las botas de monte a Idoia, una buena faena ya que aún les queda muchos meses de viaje.
Salimos de allí siempre dirijidos por cuatro escoltas que nos habían puesto. Estos escoltas se dedicaban a espantar a la multitud de niños que se arremolinaban a nuestro alrededor.


Llegamos caminando a un hotel de la ciudad de Mirta. Nos habían puesto una habitación para nosotros solos y que de esa manera nadie nos molestara. Se convirtió enuna especie de secuestro ya que salir de allí era una auténtica locura de niños que te agarraban y te pedían fotos todo el rato. Cuando digo que había niños estoy diciendo que en un rato te podías ver rodeado por más de 30 crios haciendo preguntas y pidiendo fotos que luego querían ver. Un poco agobiante.


Secuestro en una habitación
Estuvimos en esa habitación una hora y pico y de allí nos volvieron a mover a otro hotel que se encontraba al otro lado de la estación de trenes. Nos quisieron meter en otra habitación pero nos negamos y subimos a la azotea del hotel. A los pocos minutos el hotel estaba rodeado por cientos de niños que nos saludaban y gritaban. Las azoteas de los alrededores estaban llenas de grupos de niños que agitaban sus brazos y poco a poco se fueron acercando a una azotea cercana que quedaba por debajo de la nuestra.



Serían ciento y pico niños y todos gritaban y movían sus brazos. En esa terraza estuvimos unas dos horas y pico, tanto tiempo que hasta los niños que nunca se aburren se fueron por cansancio. Nos sentamos en el suelo de la terraza y vimos anochecer mientras los almuecines llamaban a la oración en las mezquitas, esta zona es muy musulmana.





Esperando en la terraza


Al rato nos llamaron para volver al anterior hotel y allí estuvimos hasta que sacaron al novio en brazos, lo montaron en una carroza tipo gitana y fuimos a modo pasacalles por el centro de la ciudad, montando un atasco monumental. Curiosamente con lo que les gusta pitar en este país no se oía ni un solo claxon. Un todo terreno intentando salvar la comitiva se aventuró a pasar por encima de la mediana y se hundió en un agujero.
No exagero si digo que en cuestión de 20 segundo la gente al unísono sacó el todoterreno a empujones.

Llegamos a un recinto enorme donde había muchos niños. Nos sentaron en uno de los laterales y nos dieron helado de melocotón y fresa que estaba muy bueno. Volvieron a aparecer los jóvenes, esta vez chavales que rondaban en su mayoría los 14. La mayoría unos cachondos que no te dejaban en paz como les dieras la mínima cancha.

Allí nos aparcaron durante una hora más. El novio sentado en una silla, con la cara cubierta de flores y rodeado de religiosos que movían cosas por todo el escenario. la verdad es que había tanto chaval a nuestro alrededor que no pudimos ver que era lo que estaban haciendo.


A todo esto hay que decir que sus mujeres estaban separadas por una lona al otro lado del recinto, los chicos no la llegamos a ver, las chicas cruzaron al otro lado y le pudieron hacer fotos.
Una vez realizada la ceremonia sin la novia presente llegaron los abrazos. Se le dan tres abrazos y se empieza con el primero por la derecha. Nos hicieron fotos con él en el escenario y nos bajamos habiendo cumplido.
Llegó la hora de la comida, había comida como para alimentar a toda India, algunos se pudieron hasta el culo. Estaba todo muy picante. Pasan del dulce al picante en cero coma.


Cuatro horas de espera en el bus
Una vez terminamos de comer nos llevaron de nuevo al autobús, serían las 10 de la noche. Todo esto siempre rodeados de una veintena de chavales que no paraban de pedir cosas e interrogarnos a todos.
Nos metieron en el autobús a las 10. Allí estuvimos esperando hasta las 2 y veinte de la mañana, hora a la que partimos otra vez para Jodhpur. Un auténtico infierno la espera.




El viaje fue de unas cuantas horas en condiciones parecidas al ganado vacuno por tierras españolas. Bueno, creo que las vacas en España van más cómodas. Llegamos a Jodhpur a las 5 de la mañana y de ahí al sobre. Los familiares de la boda estaban descargando un camión con todos los regalos recibidos. Ni nos molestamos en preguntar si necesitaban ayuda, teníamos tal cabreo que nos fuimos a dormir sin decir ni "mu".

En definitiva, hora y pico de espera por la mañana en el hotel, hora y pico de espera en el autobús para ir a Myrta, una hora y pico en el hotel primero de Myrta, un par de horas y pico de espera en la terraza del otro hotel, varias horas de espera en la ceremonia, y luego 4 horas esperando en el interior del autobús, a eso hay que añadirle las horas del viaje a esa ciudad, ida y vuelta.

Vamos, que si os invitan a una boda India decir simplemente que no, que tenéis que rascaros el ombligo mirando al techo y eso siempre es más divertido y gratificante.

Nunca más.
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