Posiblemente uno de los mejores inicios y finales de año de nuestras vidas. Fue sencillamente perfecto.
Por la tarde sin cámara de fotos y sin mucho más que hacer salimos a pasear hacia la zona de Black Beach. El tiempo estaba un tanto inestable, soplaba el viento y amenazaba con lluvia pero nos pareció buena idea tirar para allá a pasear antes de la fiesta a la que posiblemente iríamos.
A los pocos minutos empezó a chispear y un rato más tarde "el cielo cayó sobre nuestras cabezas". Una lluvia intensísima nos empapó por completo pero la temperatura era tan buena que no buscamos ningún refugio y seguimos caminando hasta el final del paseo, un par de kilómetros más. Una vez llegamos al fondo el chaparrón se intensificó aún más, el mar se puso muy bravo y el viento pegó con más fuerza. El problema es que ya estábamos demasiado mojados como para echar a correr y la temperatura no había bajado ni un solo grado. Estaríamos a unos 28ºC. Poco a poco fuimos volviendo, paseando por los caminos de tierra y los pequeños puentes de palmeras. Nos confundimos varias veces ya que a pesar de lo idílico del momento el sol se había ido hacía un buen rato y entre la lluvia y el viento el camino se perdía entre las palmeras. Fue sencillamente una experiencia impresionante.
Llegamos al Guest House a eso de las 8, nos duchamos y buscamos un lugar donde cenar. Como en los restaurantes ponen el pescado en la puerta para que lo puedas elegir y nosotros somos de costa buscamos el lugar donde mejor pinta tuvieran. Eso fue en la Trattoria, un restaurante del que nos habían hablado muy bien y en el que comimos un atún al horno con ensalada y patatas como para hacer descarrilar un tren. Mientras esperábamos a nuestro lado pasó un plato lleno de gambas enormes hechas a la parrilla. Se nos antojó. Por primera vez desde que llegamos a India no miramos los precios y cenamos como solo se cena en Fin de Año. Pedimos unas gambas enormes y unos txipirones a la plancha que estabanque te cagas muy buenos. Nos pusimos hasta las patas e incluso nos permitimos el lujo de no terminarlo todo, como se hace en casa de la familia, que siempre sobra comida porque se hace para un regimiento de artillería. Bebimos cervezas y terminamos la cena con unas copas. Esto fue lo peor porque no se puede decir que fuera garrafón, el garrafón está más rico, esto era pintura para pintar los bajos de los barcos, terrible, eso si, con zumo de naranja natural. Un escándalo!!!.
A nuestra derecha un grupo de rusos al sonido del gong de sus gargantas ( se ve que en Rusia también hacen las campanadas) se adelantaban tres minutos a la hora que señalaba el inicio del año y Pilar se aceleraba en pedir al camarero que por favor nos trajera unas uvas "Very important!!". Justo cuando quedaba un minuto y medio en nuestro reloj se apagaron las luces del local y sobre el acantilado los cohetes de colores explotaban en el cielo que estaba, ahora, cubierto de estrellas con una luna que parecía una sonrisa. Pilar y Gala se metían las uvas a lo bestia en la boca, lo que iba a haber sido un ding dong como dios manda se había convertido en todas a mogollón en la boca para poder salir a ver los fuegos. Con el vodka naranja en la mano (esto sabía mal, muy mal) nos asomamos y vimos algunos cohetes entre las palmeras. Los grupos de gente de los restaurantes se felicitaban el año en todos los idiomas y el "happy new year" se imponía entre el resto. Los indios del paseo nos daban la mano y repetían una y otra vez esa frase. Todo el mundo estaba bebiendo super tranqui y se empezaba a ver que el asunto estaría en un par de restaurantes. Algunos de los más importantes de la zona empezaban a recoger.
Tras pagar la cuenta (es el papel que sale a la derecha en el cabecero de arriba) y en la que pagamos 2600 rupias salimos de allí con la intención de tomarnos algo en el "Rock and roll bar". Estaba hasta los topes, con un montón de indios que miraban desde lo alto de unas escaleras a todos los guiris que bailaban de forma descontrolada. Allí nos tomamos un ron con cola que estaba hecho con ron de caña, de caña de pescar, era imposible de tragar así que lo tomamos como se toma un medicamento, sin pensarlo y decidimos que a partir de ese momento solo tomaríamos cervezas para evitar una resaca de esas que parece que te ha pasado un camión por encima. Salimos de este sitio y nos fuimos al restaurante de la música reggae. A pesar de tener un estilo totalmente jamaicano la música que pinchaban era tecno del malo, del chungo chungo, del que dan ganas de tirar una piedra al DJ. Allí conocimos auna chica koreana que estaba rodeada de muchísimos indios que querían intimar más de la cuenta con ella. Ella estaba poseída por el mismísimo Nosferatu y sus movimientos eran más de la niña del exorcista que de alguien que baila de manera rítmica. Uno de los indios que allí habían, llevaba un pedal increíble, terminó por quedarse con ella y eso la evitó más de un disgusto. Nos hicimos fuertes en aquella esquina entre cervezas y más cervezas. Pilar, decidió pedirle al pincha que cambiara de estilo ya que con esa música no iba a ninguna parte y varios indios que allí había le dieron la razón, a los pocos minutos el Dj estaba pinchando Reggae del bueno, del muy bueno. De ahí pasó a otro rollo mucho más suave y tras muchas risas y conocer a un par de tipos super majos que trabajaban para el banco de Santander en India nos fuimos de allí en busca de otro bar en el que tomarnos unas cervezas.
La cosa es que ya era demasiado tarde y entre nuestra búsqueda los bares de farra se habían ido vaciando hasta quedarnos totalmente solos recorriendo el paseo del acantilado. Podemos decir que fuimos los últimos en salir de allí, que cerramos Varkala y que nos lo pasamos de miedo. No fue la noche que habíamos imaginado, una vez más la realidad superó a la ficción. El 2012 entro perfecto y a las 4:30 de la mañana nos acordamos que en España mucha gente a la cual queremos celebraban el año por todo lo alto.
Esperamos y deseamos que vuestro inicio de año fuese como poco la mitad de lo que fue el nuestro y eso será mucho.
Hoy salimos hacia Kochi, salimos en un rato. Nos da mucha pena dejar Varkala, este paraiso se queda atrás, como tantos otros lo hicieron antes. Vamos en busca de los Backwater próximos a Kochi, empezamos nuestra subida, empieza nuestra cuenta atrás de este viaje que está siendo toda una experiencia fantástica.
"Amar es querer la libertad, la completa independencia de otro; el primer acto del verdadero amor es la emancipación completa del objeto que se ama; no se puede amar verdaderamente más que a un ser perfectamente libre, independiente, no sólo de todos los demás, sino aun y sobre todo de aquel de quien se es amado y a quien se ama".
MIJAIL BAKUNIN - Carta a Pablo, París, 29 de marzo de 1845 -
Namasté mira dost!!!!!!!!!!!! ;)
Los tres en la cena de noche vieja :) |
Por la tarde sin cámara de fotos y sin mucho más que hacer salimos a pasear hacia la zona de Black Beach. El tiempo estaba un tanto inestable, soplaba el viento y amenazaba con lluvia pero nos pareció buena idea tirar para allá a pasear antes de la fiesta a la que posiblemente iríamos.
A los pocos minutos empezó a chispear y un rato más tarde "el cielo cayó sobre nuestras cabezas". Una lluvia intensísima nos empapó por completo pero la temperatura era tan buena que no buscamos ningún refugio y seguimos caminando hasta el final del paseo, un par de kilómetros más. Una vez llegamos al fondo el chaparrón se intensificó aún más, el mar se puso muy bravo y el viento pegó con más fuerza. El problema es que ya estábamos demasiado mojados como para echar a correr y la temperatura no había bajado ni un solo grado. Estaríamos a unos 28ºC. Poco a poco fuimos volviendo, paseando por los caminos de tierra y los pequeños puentes de palmeras. Nos confundimos varias veces ya que a pesar de lo idílico del momento el sol se había ido hacía un buen rato y entre la lluvia y el viento el camino se perdía entre las palmeras. Fue sencillamente una experiencia impresionante.
Pensando que cenar además del atún al horno |
Llegamos al Guest House a eso de las 8, nos duchamos y buscamos un lugar donde cenar. Como en los restaurantes ponen el pescado en la puerta para que lo puedas elegir y nosotros somos de costa buscamos el lugar donde mejor pinta tuvieran. Eso fue en la Trattoria, un restaurante del que nos habían hablado muy bien y en el que comimos un atún al horno con ensalada y patatas como para hacer descarrilar un tren. Mientras esperábamos a nuestro lado pasó un plato lleno de gambas enormes hechas a la parrilla. Se nos antojó. Por primera vez desde que llegamos a India no miramos los precios y cenamos como solo se cena en Fin de Año. Pedimos unas gambas enormes y unos txipirones a la plancha que estaban
La foto la hicimos con los txipirones y las gambas ya en nuestro estómago. Patatas a cascoporro |
A nuestra derecha un grupo de rusos al sonido del gong de sus gargantas ( se ve que en Rusia también hacen las campanadas) se adelantaban tres minutos a la hora que señalaba el inicio del año y Pilar se aceleraba en pedir al camarero que por favor nos trajera unas uvas "Very important!!". Justo cuando quedaba un minuto y medio en nuestro reloj se apagaron las luces del local y sobre el acantilado los cohetes de colores explotaban en el cielo que estaba, ahora, cubierto de estrellas con una luna que parecía una sonrisa. Pilar y Gala se metían las uvas a lo bestia en la boca, lo que iba a haber sido un ding dong como dios manda se había convertido en todas a mogollón en la boca para poder salir a ver los fuegos. Con el vodka naranja en la mano (esto sabía mal, muy mal) nos asomamos y vimos algunos cohetes entre las palmeras. Los grupos de gente de los restaurantes se felicitaban el año en todos los idiomas y el "happy new year" se imponía entre el resto. Los indios del paseo nos daban la mano y repetían una y otra vez esa frase. Todo el mundo estaba bebiendo super tranqui y se empezaba a ver que el asunto estaría en un par de restaurantes. Algunos de los más importantes de la zona empezaban a recoger.
Los tres empezando el año |
Gala con la niña del exorcista |
La cosa es que ya era demasiado tarde y entre nuestra búsqueda los bares de farra se habían ido vaciando hasta quedarnos totalmente solos recorriendo el paseo del acantilado. Podemos decir que fuimos los últimos en salir de allí, que cerramos Varkala y que nos lo pasamos de miedo. No fue la noche que habíamos imaginado, una vez más la realidad superó a la ficción. El 2012 entro perfecto y a las 4:30 de la mañana nos acordamos que en España mucha gente a la cual queremos celebraban el año por todo lo alto.
Esperamos y deseamos que vuestro inicio de año fuese como poco la mitad de lo que fue el nuestro y eso será mucho.
Hoy salimos hacia Kochi, salimos en un rato. Nos da mucha pena dejar Varkala, este paraiso se queda atrás, como tantos otros lo hicieron antes. Vamos en busca de los Backwater próximos a Kochi, empezamos nuestra subida, empieza nuestra cuenta atrás de este viaje que está siendo toda una experiencia fantástica.
"Amar es querer la libertad, la completa independencia de otro; el primer acto del verdadero amor es la emancipación completa del objeto que se ama; no se puede amar verdaderamente más que a un ser perfectamente libre, independiente, no sólo de todos los demás, sino aun y sobre todo de aquel de quien se es amado y a quien se ama".
MIJAIL BAKUNIN - Carta a Pablo, París, 29 de marzo de 1845 -
Namasté mira dost!!!!!!!!!!!! ;)
Ya sé que todo lo vivido en algún momento se acaba y eso siempre implica una cierta tristeza, pero yo estoy deseando verte por aquí cerca y pillar una buena borrachera visual de sentimientos vitales. Recibir, aunque sólo sea un poco, de esa maravillosa experiencia.
ResponderEliminarAlgunos acudimos ávidos todos los días al blog para ver y leer una nueva aventura, una nueva vivencia y algunas veces una nueva tristeza. No estamos habituados a tener información de primera mano de lo que sucede en lugares tan remotos. Sin duda es una buena manera de tener conciencia y consciencia de la vida fuera de nuestra rutina acomodada.
Recuerdos de Katy...Te jevo en my heart