Al final decidimos salir de Orchha, de momento el lugar más tranquilo que hemos encontrado en India. Orchha es el punto intermedio perfecto para descansar de un viaje por India. En este lugar la gente vive a otro ritmo. No se puede decir que sea el prototipo de ciudad india, primero porque es muy pequeña y segundo porque es muy tranquila. Los pocos tuc tuc que se ven en Orchha son los que van y vienen de Jhansi llevando de un lado a otro a los viajeros nacionales o extranjeros.
Nos levantamos por la mañana sin mucha prisa y tras escribir el post salimos del hotel no sin antes despedirnos de Chin cu y del resto de chavales que allí trabajan.
Pagamos la cuenta del hotel y nos subimos en el tuc tuc que sospechósamente estaba ya preparado en la puerta. Nos sacaron por volver a Jhansi 100 rupias, la mitad que para llegar. Estas cosas son así. si pillas u ntuc tuc por la noche para ir a un pueblo te cobran el doble que si lo coges por la mañana para volver al mismo lugar.
Nos llevó un crío que decía tener 19 años pero que sospechamos que tenía bastantes menos. En el trayecto hizo un par de adelantamientos en los que nos vimos empotrados contra algunos camiones. Más de lo de siempre. Te ves debajo del camión y en el último segundo cuando ves tu vida pasar antes tus ojos como diapositivas ambos vehículos giran el volante en el último segundo para esquivarse sin mayor problema.
Antes de salir de Orchha pedimos al tuctutero que nos acercara al mercado en el que habíamos pasado la mayor parte de los días en este pueblecito. Nos despedimos del vendedor de joyas y del hombre que nos daba de comer cada día, no sin antes comprarle un mogollón de Pakora para el viaje y alguna Samosa que nos puso con su salsita y todo.
Tras el viaje de rigor camino de Jhansi llegamos a la estación de autobuses donde compramos más provisiones. Allí estaba el autobús y como siempre un hombre gritaba en la puerta el nombre del destino repetidas veces. Tanto Gala como Pilar subieron al autobús y yo me quedé debajo esperando a que aseguraran nuestras mochilas en lo alto del autobús.
Entonces ocurrió lo que no imaginaba que me podría pasar en India. Me metieron mano!!!!!!!!!.
Me encontraba de brazos cruzados echando unas risas con el operario que echaba la red sobre las maletas cuando por delante mio pasó un indio que mientras me daba la espalda aprovechaba para hacerme una auténtica sobada de entrepierna. Noté sus dedos!!!!!.
No fue el hecho de que me tocara, eso es lo de menos. el problema es que le agarré del brazo y se lo retorcí un poquito mientras me acordaba de parte de su familia y el tipo se giró con cara de "perdona?, no se de lo que me estás hablando", yo se que no me equivoqué y él también, fue muy descarado. Seguí metiéndole voces mientras se alejaba. Como le hablaba en castellano el resto de la gente que estaba a nuestro alrededor no sabía lo que estaba pasando así que tuve que explicárselo a un par de tipos. Yo pensaba que cuando se lo dijera a los que allí había estos reaccionarían en su contra y muy lejos de eso giraron sus cabezas sin darle mayor importancia. El tipo que allí seguía se puso un poco chulo y terminé diciéndole en alto "chalo chalo!!!" que es como dicen aquí "que te pires!".
Gala y Pilar se meaban de la risa y el tipo que estaba a mi lado pasó a otro tema, al interrogatorio diario que hacen los nativos.
Montamos en el bus y continuamos viaje hacia Kajuraho.
En el autobús hablamos con mucha gente, Pilar mantuvo entre sus brazos a un bebé de dos mesitos para que su madre no lo hiciera de pie y yo terminé por dejarle mi sitio para que le diera de mamar. A todo esto los operarios del autobús decidieron poner un poco de música. Música que salía por un altavoz que estaba justo encima de mi cabeza y que estaba a un volumen francamente espectacular. Aquí no hay una ruedita de volumen, hay on y off y cuando le dan al on arde Troya. Le pedí que por favor bajaran el volumen y me dijo que no me preocupara y que disfrutara de la música. Yo le comenté que la música estaba muy bien pero que estaba tan alta que casi me movía el pelo. Así estuvimos un buen rato hasta que se paró, entonces me giré sonriendo y todos se meaban de la risa porque esperaban mi reacción.
Hablamos con unas maestras de colegio que allí había y vimos unos cuantos videos musicales que pusieron en una televisión culona que tenía el autobús.
Llegamos a Kajuraho y allí había un tipo esperándonos de Orchha, son unos linces de cuidado. Nos estaba esperando en la estación para que fuéramos al hotel de un colega que aquí tiene. Nos llevaron en tuc tuc al hotel no sin antes luchar una rebaja en el precio del trayecto que resolvieron entre ellos buscando la mejor oferta.
El hotel es un poco "ahí te pudras" pero tiene dos cosas muy buenas, agua caliente y ducha, algo de lo que no disponíamos desde hace ya algún tiempo.
La habitación tiene también montones de mosquitos que nos atacan una y otra vez. Una buena batida ha reducido el número considerablemente pero aún quedan hormigas y arañas de tamaño XXL. Así que hemos dormido con mosquitera, con todo lo que ello conlleva. Saca la mosquitera, la cuerda y haz un instalache curioso para que no se caiga todo a mitad de noche.
Nos fuimos a cenar a un italiano en el que comimos unas pizzas que estaban increibles y por las que nos clavaron un precio casi europeo. Aquí se paga lo mismo por el hotel que por cenar.
Esta mañana nos habíamos comprometido a ir a desayunar con los dueños del hotel un desayuno típico indio. Pagaban ellos y lo único que teníamos que hacer era acompañarles a ver unas pashminas a la tienda de un colega que tienen en el pueblo, un tal "Super Mario". Uno de esos que cuando llegas te enseña una libreta con los escritos de viajeros que escriben en todos los idiomas lo cojonudo que es el tipo. Es mucha risa ya que no todo el mundo le pone guay, lo que pasa es que no sabe el idioma.
Desayunamos con ellos unas samosas y una especie de corteza con salsa de garbanzos que estaba muy buena. De allí a la tienda del colega. No le hicimos ni puñetero caso y nos fuimos tras tomar un té casimir o algo así. Un té con canela que estaba muy bueno.
Empezó el tipo mostrándonos lo mejor que tenía a unos precios de locura y terminó por mostrarnos carteritas de perro flauta a 50 rupias. No nos sacó ni una. Cuando consigues una cosa así es genial ya que siempre consiguen sacarte la pasta.
De allí nos fuimos a ver los templos. Nos cobraron 250 rupias por cabeza.
Los templos de Kajuraho son famosos por tener las tallas del Kamasutra por todas las paredes. Aunque el sitio está guay hay que decir que se han hecho algunas reconstrucciones de los templos un poco cochambrosas y canta un poco ya no solo el tipo de talla sino el color de la piedra. Hay zonas que parecen de cartón pluma. Las partes auténticas son una pasada y merecen la pena.
Al salir de allí nos hemos ido a comer, de camino un chico nos ha hablado en español, un indio. Tras hablar con él un poco nos ha dicho un sitio barato para comer y allí nos hemos ido. Un sitio que, por cierto, era en el que trabajaba. Son unos cracks. Mientras estábamos cenando a vuelto a aparecer todo excitado señalando a la calle mientras decía "hay unas amigas vuestras en la calle!". Nos hemos asomado y allí estaban otra vez Idoia y Maite. Es increíble. Nos hemos encontrado en casi todas las ciudades a las que hemos ido y se han quedado allí a comer con nosotros entre muchas risas. Después de eso nos hemos vuelto al hotel a descansar un poco, seguimos arrastrando el cansancio del viaje de ayer y nos hemos venido a echar una siesta.
Ahora saldremos a cenar algo.
Kajuraho es un sitio raro, dicen que es un pueblo tranquilo pero en realidad está lleno de comercios para turistas con montones de restaurantes de nombre europeo que viven del turista con dinero., poco nos van a sacar a nosotros.
Para salir de aquí tenemos que esperar por obligación hasta el martes de esta semana ya que no hay manera de salir de aquí antes. Estamos relativamente cerca de Varanasi, a unas 11 horas en tren. Nos han dicho que tengamos precaución con las mochilas y con los ladrones que hay por la zona. Estamos tranquilos, los indios son chiquitines y estas dos chicas se lanzan como leonas cuando alguien las incomoda. No creo que me pase nada ;)
Seguimos con los mocos que no nos abandonan pero hemos reducido la tos hasta hacerla casi desaparecer.
Ahora hay algo de hambre y ganas de dar una vueltilla.
Los días pasan que no nos damos cuenta y hace ya una semana que pasamos por Agra, nadie lo diría. Pilar lleva con nosotros ya más de 15 días y posiblemente nos acompañe a pasar el fin de año a Hampi. Perfecto.
Esta noche en un ciber miraremos vuelos baratos que conecten Calcuta con Chenai y así poder llegar a tiempo a pasar el fin de año a esta pequeña ciudad del centro sur de India.
Saludos y abrazos a todos. ;)
Nos levantamos por la mañana sin mucha prisa y tras escribir el post salimos del hotel no sin antes despedirnos de Chin cu y del resto de chavales que allí trabajan.
Pagamos la cuenta del hotel y nos subimos en el tuc tuc que sospechósamente estaba ya preparado en la puerta. Nos sacaron por volver a Jhansi 100 rupias, la mitad que para llegar. Estas cosas son así. si pillas u ntuc tuc por la noche para ir a un pueblo te cobran el doble que si lo coges por la mañana para volver al mismo lugar.
Nos llevó un crío que decía tener 19 años pero que sospechamos que tenía bastantes menos. En el trayecto hizo un par de adelantamientos en los que nos vimos empotrados contra algunos camiones. Más de lo de siempre. Te ves debajo del camión y en el último segundo cuando ves tu vida pasar antes tus ojos como diapositivas ambos vehículos giran el volante en el último segundo para esquivarse sin mayor problema.
Antes de salir de Orchha pedimos al tuctutero que nos acercara al mercado en el que habíamos pasado la mayor parte de los días en este pueblecito. Nos despedimos del vendedor de joyas y del hombre que nos daba de comer cada día, no sin antes comprarle un mogollón de Pakora para el viaje y alguna Samosa que nos puso con su salsita y todo.
Las profesoras de primaria en el bus de Kajuraho |
Tras el viaje de rigor camino de Jhansi llegamos a la estación de autobuses donde compramos más provisiones. Allí estaba el autobús y como siempre un hombre gritaba en la puerta el nombre del destino repetidas veces. Tanto Gala como Pilar subieron al autobús y yo me quedé debajo esperando a que aseguraran nuestras mochilas en lo alto del autobús.
Entonces ocurrió lo que no imaginaba que me podría pasar en India. Me metieron mano!!!!!!!!!.
Me encontraba de brazos cruzados echando unas risas con el operario que echaba la red sobre las maletas cuando por delante mio pasó un indio que mientras me daba la espalda aprovechaba para hacerme una auténtica sobada de entrepierna. Noté sus dedos!!!!!.
No fue el hecho de que me tocara, eso es lo de menos. el problema es que le agarré del brazo y se lo retorcí un poquito mientras me acordaba de parte de su familia y el tipo se giró con cara de "perdona?, no se de lo que me estás hablando", yo se que no me equivoqué y él también, fue muy descarado. Seguí metiéndole voces mientras se alejaba. Como le hablaba en castellano el resto de la gente que estaba a nuestro alrededor no sabía lo que estaba pasando así que tuve que explicárselo a un par de tipos. Yo pensaba que cuando se lo dijera a los que allí había estos reaccionarían en su contra y muy lejos de eso giraron sus cabezas sin darle mayor importancia. El tipo que allí seguía se puso un poco chulo y terminé diciéndole en alto "chalo chalo!!!" que es como dicen aquí "que te pires!".
Gala y Pilar se meaban de la risa y el tipo que estaba a mi lado pasó a otro tema, al interrogatorio diario que hacen los nativos.
Montamos en el bus y continuamos viaje hacia Kajuraho.
En el autobús hablamos con mucha gente, Pilar mantuvo entre sus brazos a un bebé de dos mesitos para que su madre no lo hiciera de pie y yo terminé por dejarle mi sitio para que le diera de mamar. A todo esto los operarios del autobús decidieron poner un poco de música. Música que salía por un altavoz que estaba justo encima de mi cabeza y que estaba a un volumen francamente espectacular. Aquí no hay una ruedita de volumen, hay on y off y cuando le dan al on arde Troya. Le pedí que por favor bajaran el volumen y me dijo que no me preocupara y que disfrutara de la música. Yo le comenté que la música estaba muy bien pero que estaba tan alta que casi me movía el pelo. Así estuvimos un buen rato hasta que se paró, entonces me giré sonriendo y todos se meaban de la risa porque esperaban mi reacción.
Hablamos con unas maestras de colegio que allí había y vimos unos cuantos videos musicales que pusieron en una televisión culona que tenía el autobús.
Los templos desde un templo |
Llegamos a Kajuraho y allí había un tipo esperándonos de Orchha, son unos linces de cuidado. Nos estaba esperando en la estación para que fuéramos al hotel de un colega que aquí tiene. Nos llevaron en tuc tuc al hotel no sin antes luchar una rebaja en el precio del trayecto que resolvieron entre ellos buscando la mejor oferta.
El hotel es un poco "ahí te pudras" pero tiene dos cosas muy buenas, agua caliente y ducha, algo de lo que no disponíamos desde hace ya algún tiempo.
La habitación tiene también montones de mosquitos que nos atacan una y otra vez. Una buena batida ha reducido el número considerablemente pero aún quedan hormigas y arañas de tamaño XXL. Así que hemos dormido con mosquitera, con todo lo que ello conlleva. Saca la mosquitera, la cuerda y haz un instalache curioso para que no se caiga todo a mitad de noche.
Nos fuimos a cenar a un italiano en el que comimos unas pizzas que estaban increibles y por las que nos clavaron un precio casi europeo. Aquí se paga lo mismo por el hotel que por cenar.
Templo desde fuera |
Esta mañana nos habíamos comprometido a ir a desayunar con los dueños del hotel un desayuno típico indio. Pagaban ellos y lo único que teníamos que hacer era acompañarles a ver unas pashminas a la tienda de un colega que tienen en el pueblo, un tal "Super Mario". Uno de esos que cuando llegas te enseña una libreta con los escritos de viajeros que escriben en todos los idiomas lo cojonudo que es el tipo. Es mucha risa ya que no todo el mundo le pone guay, lo que pasa es que no sabe el idioma.
Interior de templo |
Desayunamos con ellos unas samosas y una especie de corteza con salsa de garbanzos que estaba muy buena. De allí a la tienda del colega. No le hicimos ni puñetero caso y nos fuimos tras tomar un té casimir o algo así. Un té con canela que estaba muy bueno.
Empezó el tipo mostrándonos lo mejor que tenía a unos precios de locura y terminó por mostrarnos carteritas de perro flauta a 50 rupias. No nos sacó ni una. Cuando consigues una cosa así es genial ya que siempre consiguen sacarte la pasta.
De allí nos fuimos a ver los templos. Nos cobraron 250 rupias por cabeza.
Jugando al enrredo |
Los templos de Kajuraho son famosos por tener las tallas del Kamasutra por todas las paredes. Aunque el sitio está guay hay que decir que se han hecho algunas reconstrucciones de los templos un poco cochambrosas y canta un poco ya no solo el tipo de talla sino el color de la piedra. Hay zonas que parecen de cartón pluma. Las partes auténticas son una pasada y merecen la pena.
Inocentes imágenes |
Al salir de allí nos hemos ido a comer, de camino un chico nos ha hablado en español, un indio. Tras hablar con él un poco nos ha dicho un sitio barato para comer y allí nos hemos ido. Un sitio que, por cierto, era en el que trabajaba. Son unos cracks. Mientras estábamos cenando a vuelto a aparecer todo excitado señalando a la calle mientras decía "hay unas amigas vuestras en la calle!". Nos hemos asomado y allí estaban otra vez Idoia y Maite. Es increíble. Nos hemos encontrado en casi todas las ciudades a las que hemos ido y se han quedado allí a comer con nosotros entre muchas risas. Después de eso nos hemos vuelto al hotel a descansar un poco, seguimos arrastrando el cansancio del viaje de ayer y nos hemos venido a echar una siesta.
Ahora saldremos a cenar algo.
Practicando poses :) |
Kajuraho es un sitio raro, dicen que es un pueblo tranquilo pero en realidad está lleno de comercios para turistas con montones de restaurantes de nombre europeo que viven del turista con dinero., poco nos van a sacar a nosotros.
Para salir de aquí tenemos que esperar por obligación hasta el martes de esta semana ya que no hay manera de salir de aquí antes. Estamos relativamente cerca de Varanasi, a unas 11 horas en tren. Nos han dicho que tengamos precaución con las mochilas y con los ladrones que hay por la zona. Estamos tranquilos, los indios son chiquitines y estas dos chicas se lanzan como leonas cuando alguien las incomoda. No creo que me pase nada ;)
Seguimos con los mocos que no nos abandonan pero hemos reducido la tos hasta hacerla casi desaparecer.
Ahora hay algo de hambre y ganas de dar una vueltilla.
Los días pasan que no nos damos cuenta y hace ya una semana que pasamos por Agra, nadie lo diría. Pilar lleva con nosotros ya más de 15 días y posiblemente nos acompañe a pasar el fin de año a Hampi. Perfecto.
Esta noche en un ciber miraremos vuelos baratos que conecten Calcuta con Chenai y así poder llegar a tiempo a pasar el fin de año a esta pequeña ciudad del centro sur de India.
Saludos y abrazos a todos. ;)