El último día en Agra fue perfecto. Salió todo increible. Nos levantamos temprano, aunque habíamos puesto el despertador a las 5 algo hizo que no sonara hasta las 5:30. Nos duchamos y nos fuimos para la puerta sur del Taj Mahal. Hacía bastante fresco y nos colocamos últimos en la cola. La mujeres en un lado y los hombres en otro. La cola no era muy larga pero tuvimos que esperar a pesar de que se suponía que por esa puerta se podría entrar a las 6.
Empezamos a subir la cuestecilla a buen ritmo, siendo conscientes de que para cuando entrásemos el Taj Mahal estaría lleno de gente. Cuando llevábamos unos metros se nos acercó un tuctutero de pedales que nos invitó a subir a su máquina por escasas 80 rupias. "venga tio!!!!, que no somos nuevos, que sabemos como va el tema, te damos 30 y a correr"Puso cara de que no pero aceptó en pocos segundos. Nos subió la cuesta no sin recibir un poco de ayuda nuestra a modo de empujones que agradecía con una sonrisa.
Llegamos a la venta de tickets y compramos 3 entradas. 750 rupias por persona. Hacen un bussines de flipar y se hicieron los locos con las vueltas. Siempre estan igual, no te roban pero están al descuido, al olvido, y cuando les llamas la atención te miran sonriendo ofreciéndote tu dinero con una mano, son la caña, dan ganas de cagarse en todo.
Nos montamos en el tuc tuc de pedales al grito de "dale caña Indurain que esto es ahora cuesta abajo!!!!!" y nos bajó a toda caña, dejándonos a pocos metros de la puerta, en el control policial.
Ya no había cola y pasamos rápido por el detector de metales. Detectores de metales que no sirven para nada, pitan de manera permanente con un sonido de spectrum que es una risa que te pasas, lleves o no lleves metal. Total para pasar a otra zona donde un policía bien arreglado y con bufanda te mete mano, te saca el tabaco y todo lo que considere y te lo tira delante de tu morro a la basura. Si uno se aleja un poco puede ver como cuando piensa que te has ido recoge el tabaco y lo reparte entre los colegas, tienen más morro que un Michael Jordan cantando el "Only you".
La entrada sur del Taj Mahal es muy bonita, como hemos dicho antes se supone que abre un poco antes que el resto de las puertas y no tiene un paseo larguísimo hasta la puerta como le pasa a la entrada norte, más de 20 minutos andando.
Una vez dentro del recinto se pasa otra puerta, aquí se une toda la gente que entra de la entrada norte, Oeste y sur. Esta puerta interna es de color rojo y es muy grande. Cuando la traspasas te encuentras de frente con el Taj Mahal. Aquí la gente se cambia de ropa y se ponen atuendos indios para la foto de rigor.
Al entrar en el Taj Mahal tienes dos opciones, descalzarte o ponerte unas fundas en las botas. La primera opción a las 6 y pico de la mañana no es muy buena ya que todo el suelo es de mármol y está frio.
En la puerta del Taj Mahal se encuentra mucha policía armada y el interior del Taj Mahal se encuentra oscuro y sin iluminación, solo la que entra por las cuatro puertas que dan acceso al mausoleo. En el interior no se pueden hacer fotos pero a modo de escaqueo las hicimos. El interior del edificio es muy pequeño, desde fuera se ve enorme pero por dentro es enano.
Todo el mármol está tallado con incrustaciones de piedras de la zona. Hay que tener en cuenta que todo el Mármol del Taj Mahal se trajo de Udaipur que está a cientos de kilómetros de aquí. Cuentan que se trajo en elefante y camello.
Fue una gran experiencia en la que nos acordamos de mucha gente. El Taj Mahal estaba semicubierto por la niebla de la mañana y había un silencio a pesar de toda la gente que era genial. Los jardines estaban arreglados y había gente limpiando con escobas indias. Estuvimos casi dos horas y volvimos cerca del hotel a desayunar.
El desayuno nos lo sirvió una niña que no hablaba nada de inglés. Bueno, digamos que no hablaba nada de nada. Se mantenía en silencio sin decir nada.
Llegamos a nuestro hotel e hicimos las maletas para salir, fuera estaba esperándonos el tuctutero del día anterior. Habíamos quedado con él y pensábamos que nos haría un buen precio. Nos lo hizo, pero para él. Nos pidió 600 rupias por darnos una velta por Agra y acercarnos a la estación de bus.
600? ni de casualidad, eso son varios días de hotel, dos o tres y era lo mismo que el precio de entrada del Taj Mahal. Le dijimos que no, que era muy caro, que lo máximo que estábamos dispuestos a pagar era 200 rupias. Cambió todo el itinerario y nos llevó por tiendas en las que se llevaba comisión. Primero un lugar donde se tallaba el mármol y en el que nos reimos mucho. Empezaron enseñando mesas de mármol negro con incrustaciones de varios miles de euros y terminaron por enseñarnos elefantitos de mármol mal tallado que no llegaba a los 5 euros. Ellos se dieron cuenta enseguida que no pensábamos gastar ni un duro pero fue tan grande la vergüenza que Pilar, entre risas, se decidió por una pieza pequeñita. Ellos se quedaron contentos y nosotros salimos con vida de allí.
La siguiente parada fue una joyería. Pasamos allí dentro casi dos horas hablando con el dueño, entre "chais" y regateos. Y salimos de allí con varias cositas a precio razonable.
Fuimos a la estación de bus a por un autobús público que nos llevara a Gwalior, un pueblo cercano a Jhansi. En este trayecto conocimos a Manoj, un chaval de 20 años que tenía una novia guapísima que nos enseñó por el móvil. Estaban prometidos y se iban a casar en un par de años. Era un chico bien situado economicamente y culto. Había ido a la universidad y tenía un buen trabajo en una buena empresa.
Nos hicimos unas fotos juntos y nos acompañó hasta la estación de trenes que se encontraba en las inmediaciones de su casa. Allí nos contó muchas cosas interesantes, por ejemplo el hecho de que los indios no pueden fumar en ninguna parte pública pero los occidentales si. Que hay hombres armados que van por la calle que nos son policías y que en esta zona se producen robos a extranjeros e indios. También me aseguró que a mi nadie me intentaría atracar porque era muy grande. Mejor.
Esperamos al tren que nos llevaría hasta Orchha. El tren llegó con casi una hora de retraso y cuando subimos a este nos tocó ir de pié. Fuimos la atracción del vagón.
Manoj nos dijo antes de despedirse que había llamado a su mejor amigo de Jhansi y le había dicho que no pagáramos más de 300 rupias por un tuc tuc de Jhansi a Orchha.
De Manoj nos despedimos con un abrazo y agradecimientos por lo bien que se había portado con nosotros, nos dijo que teníamos en Gwalior a un amigo para toda la vida.
El tuc tuc a Orchha nos costó 200 rupias tras un regateo intenso pero breve. Llegamos a un hotel que teníamos de referencia y nos fuimos a dormir tras una charla entre risas con uno de los empleados que se llama Chin cu. Un chico que tiene una cabeza muy bien amueblada con 19 años. Este hombre ha dado vueltas por toda India, duerme en un colchón en medio del comedor y dice que ni a le le gusta la escuela ni a la escuela le gusta él. Habla un inglés perfecto que ha aprendido hablando con los extrangeros y chapurrea alguna palabra en castellano. Cuando hablamos entre nosotros él se queda escuchando y da la sensación de que aprende a cada segundo. Es muy buen chaval con una personalidad brutal.
Nos quedaremos en Orchha un par de días o 3. Orchha es un pueblo que en su día tenía 86 templos. Hoy desde una de las ventanas de la Guest Hause se puede ver alguno de estos en estado ruinoso.
Seguimos bien y nos lo pasamos mejor, Está claro que las cosas suceden por una simple custión de Karma. Vamos siempre de buen rollo con todo el mundo y la gente se percata de ello y nos tratan con la misma intensidad que nosotros a ellos, siempre slen las cosas bien y nos estamos convirtiendo enunos expertos regateadores.
Hoy toca parada técnica en Orchha, limpieza de ropa y puesta al día.
Saludos y abrazos para todos. :)
Cola de entrada llena de guiris |
Las medidas de seguridad eran como poco curiosas. Antes de llegar al recinto del Taj Mahal hay que pasar un par de controles donde hay policías que están más pendientes del frío que de los visitantes.
La cola de entrada empezó a moverse y nos fuimos aproximando a la entrada con el dinero en la mano. A pocos metros de la entrada nos dimos cuenta que era necesario comprar la entrada en otro lugar. Una cuesta enfrente de la entrada sur de 10 minutos ida y otros 10 de vuelta. Salimos de la cola como pudimos ya que estábamos metidos entre barrotes como el ganado.
Llegamos a la venta de tickets y compramos 3 entradas. 750 rupias por persona. Hacen un bussines de flipar y se hicieron los locos con las vueltas. Siempre estan igual, no te roban pero están al descuido, al olvido, y cuando les llamas la atención te miran sonriendo ofreciéndote tu dinero con una mano, son la caña, dan ganas de cagarse en todo.
Nos montamos en el tuc tuc de pedales al grito de "dale caña Indurain que esto es ahora cuesta abajo!!!!!" y nos bajó a toda caña, dejándonos a pocos metros de la puerta, en el control policial.
Ya no había cola y pasamos rápido por el detector de metales. Detectores de metales que no sirven para nada, pitan de manera permanente con un sonido de spectrum que es una risa que te pasas, lleves o no lleves metal. Total para pasar a otra zona donde un policía bien arreglado y con bufanda te mete mano, te saca el tabaco y todo lo que considere y te lo tira delante de tu morro a la basura. Si uno se aleja un poco puede ver como cuando piensa que te has ido recoge el tabaco y lo reparte entre los colegas, tienen más morro que un Michael Jordan cantando el "Only you".
Entrada frente al Taj Mahal |
Una vez dentro del recinto se pasa otra puerta, aquí se une toda la gente que entra de la entrada norte, Oeste y sur. Esta puerta interna es de color rojo y es muy grande. Cuando la traspasas te encuentras de frente con el Taj Mahal. Aquí la gente se cambia de ropa y se ponen atuendos indios para la foto de rigor.
Los tres en el Taj |
Luego espera un camino de unos 300 metros hasta el Taj Mahal. A medio camino hay una especie de pedestal donde todo el mundo se hace fotos. Queda un poco más alto que el resto y es un lugar perfecto. Pedimos a un francés que nos tirase una a los tres juntos.
Interior del Taj Mahal |
Puerta lateral desde el Taj Mahal |
Des uno de los jardines |
El desayuno nos lo sirvió una niña que no hablaba nada de inglés. Bueno, digamos que no hablaba nada de nada. Se mantenía en silencio sin decir nada.
Llegamos a nuestro hotel e hicimos las maletas para salir, fuera estaba esperándonos el tuctutero del día anterior. Habíamos quedado con él y pensábamos que nos haría un buen precio. Nos lo hizo, pero para él. Nos pidió 600 rupias por darnos una velta por Agra y acercarnos a la estación de bus.
600? ni de casualidad, eso son varios días de hotel, dos o tres y era lo mismo que el precio de entrada del Taj Mahal. Le dijimos que no, que era muy caro, que lo máximo que estábamos dispuestos a pagar era 200 rupias. Cambió todo el itinerario y nos llevó por tiendas en las que se llevaba comisión. Primero un lugar donde se tallaba el mármol y en el que nos reimos mucho. Empezaron enseñando mesas de mármol negro con incrustaciones de varios miles de euros y terminaron por enseñarnos elefantitos de mármol mal tallado que no llegaba a los 5 euros. Ellos se dieron cuenta enseguida que no pensábamos gastar ni un duro pero fue tan grande la vergüenza que Pilar, entre risas, se decidió por una pieza pequeñita. Ellos se quedaron contentos y nosotros salimos con vida de allí.
La siguiente parada fue una joyería. Pasamos allí dentro casi dos horas hablando con el dueño, entre "chais" y regateos. Y salimos de allí con varias cositas a precio razonable.
Con Manoj en el bus |
Nos hicimos unas fotos juntos y nos acompañó hasta la estación de trenes que se encontraba en las inmediaciones de su casa. Allí nos contó muchas cosas interesantes, por ejemplo el hecho de que los indios no pueden fumar en ninguna parte pública pero los occidentales si. Que hay hombres armados que van por la calle que nos son policías y que en esta zona se producen robos a extranjeros e indios. También me aseguró que a mi nadie me intentaría atracar porque era muy grande. Mejor.
Esperamos al tren que nos llevaría hasta Orchha. El tren llegó con casi una hora de retraso y cuando subimos a este nos tocó ir de pié. Fuimos la atracción del vagón.
Manoj nos dijo antes de despedirse que había llamado a su mejor amigo de Jhansi y le había dicho que no pagáramos más de 300 rupias por un tuc tuc de Jhansi a Orchha.
De Manoj nos despedimos con un abrazo y agradecimientos por lo bien que se había portado con nosotros, nos dijo que teníamos en Gwalior a un amigo para toda la vida.
Estación de trenes de Gwalior |
Nos quedaremos en Orchha un par de días o 3. Orchha es un pueblo que en su día tenía 86 templos. Hoy desde una de las ventanas de la Guest Hause se puede ver alguno de estos en estado ruinoso.
Seguimos bien y nos lo pasamos mejor, Está claro que las cosas suceden por una simple custión de Karma. Vamos siempre de buen rollo con todo el mundo y la gente se percata de ello y nos tratan con la misma intensidad que nosotros a ellos, siempre slen las cosas bien y nos estamos convirtiendo enunos expertos regateadores.
Hoy toca parada técnica en Orchha, limpieza de ropa y puesta al día.
Saludos y abrazos para todos. :)