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Radha y Krishna |
Orchha, pueblo tranquilo donde los haya.
Tranquilo hasta que Radha o Krishna dicen que deja de serlo.
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Vendedor callejero |
Llegamos a este pueblo buscando la tranquilidad y fueron muchas las personas que nos dijeron que llegaban las fiestas a este pueblo. Hoy es el día. Radha y Krishna se casan, como cada año por estas fechas y lo que es un pueblo tranquilo de 8000 habitantes se duplica hasta los 20000. Cosa que no sería preocupante si este pueblo tuviese más de cuatro calles.
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Parada técnica |
Esta mañana, tras la parada técnica de ayer en la que pusimos casi al día el blog y limpiamos toda la ropa que estábamos a punto de incinerar, salimos de casa. Aunque parece otra cosa la limpieza la hice yo y las pedí que se pusieran para la foto. Tras desayunar unos chapatis rellenos de queso y tomate, muy malos, por cierto.
Pilar nos cuenta su experiencia:
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La cosa fue de la siguiente manera, estaba yo limpiando cuando comenzó a oler ligermente a mierda, lo cual era extraño ya que limpiábamos ropa. Poco a poco el olor se fue intensificando, era ilógico que oliese tanto. Después de mirar en todos los rincones del baño y comprobar baldosa por baldosa que no había rastro alguno de mierda se me ocurrió mirar en la taza del water. Para mi sorpresa en el fondo asomaba silencioso un zurullo que había estado acechándome hasta aquel momento. Tal fue mi sorpresa y mi espanto al no saber que hacer con la cosa. Entonces caí: -Hostia!!!, la física!!!! las presiones!. Todo el agua que habíamos derramado por el sumidero que estaba detrás del water había subido por la bajante (ahora subiente) del mismo, haciendo progresar el mojón hasta acabar flotando en el agua como en su situación inicial (después de haber salido del culo de alguien). Tras intentar con unos cubos de agua devolverlo a la bajante sin conseguirlo, opté por cerrar la tapa y seguir lavando con más jabón".
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En el palacio todo el mundo caga |
Nuestra primera intención del día era ir a darnos un baño al rio que pasa por el pueblo. Los lugareños dicen que está el agua limpia pero también dicen que se puede beber agua del grifo y si lo hiciéramos no saldríamos del water ni para ir a dormir. De todas maneras nuestra intención de la primera hora de la mañana era esa.
A eso de las 12 estábamos paseando por el centro del pueblo, lo que llaman el mercado. El mercado es un calle por donde no entran las vacas, cosa rara. Esta calle tiene a penas 50 metros de largo y tiene a un lado comercios y puestos de comida rápida y al otro todas las tiendas de productos dulces, donde elaboran los pasteles y los venden. Allí habíamos quedado con un chico de Michigan, Misouri o algo empezado con "M". La cosa es que era americano, un tipo muy majo que estaba estudiando en Pune, una de las mejores universidades de India que se encuentra cerca de Mumbay. el chico no apareció por problemas técnicos, nos vimos más tarde y nos despedimos de él ya que se iba este mismo día de vuelta a USA.
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Entrada a la fortaleza de Orchha |
Como el plan de ir a darnos un baño se había quedado en proyecto nos fuimos a ver el palacio del rey que se encuentra en el interior de la muralla. La fortaleza tiene varias zonas. La primera es la más antigua, la siguiente era la residencia del monarca y data del siglo XVI, otra más allá es un hotel y actual residencia del dueño de todo esto y más allá hay un edificio enorme que el rey construyo para sus amigos con unas vistas increibles. Un pequeño edificio pone fin a todo el conjunto de edificios, las caballerizas, caballerizas para camellos, digamos que eran las "camellerizas".
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Gala con el guía |
Como en muchos otros lugares aquí también los funcionarios tratan de hacer su pequeño bussines a costa de engañar a su jefe y sacar un poco de dinero extra de los turistas. La entrada a todo el recinto cuesta 250 rupias por persona. Si contratas al guía de la puerta de estranjis te sale por 150 rupias por persona y la cámara la pasas por la patilla. Encima el funcionario en cuestión te acompaña y te da una master clase mientas te acompaña por el lugar. Todo en inglés indio, del que se entiende, inglés como el nuestro, de trinchera.
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Palacio real |
Pasamos por todos los pabellones del recinto y subimos a lo más alto de ada uno de ellos. Patios enormes donde el rey recibía a sus invitados mientras disfrutaban de los bailes de las mejores bailarinas del lugar. Hombres a un lado y mujeres a otro.
El palacio de los invitados es un edificio más grande que el palacio del rey y fue construido por dos arquitectos, uno musulmán y otro indio. Se puede ver la influencia de cada uno de ellos en la edificación. La decoración de Swastikas típica india se superpone con medias lunas y hay una mezcla de colores que va del azul y verde al rojo de la piedra.
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Palacio de los colegas
del Rey |
Los edificios están un poco deteriorados pero es muy divertido recorrer los largos pasillos que unen estancias o bajar bajo todo ello a lo que en su día fue el almacén del palacio, oscuros como el sobaco de un grillo. Llevábamos linternas porque estábamos informados de como era el tema.
En seguida nos hicimos coleguitas del guía que de vez en cuando decía mirando las fachadas "muy bonito". Al final terminamos con él quedando para tomarnos al día siguiente unas garimbas sacadas baratas por algún colega suyo. Aquí las birras cuestan en torno a 120 rupias, algo menos de 2 euros y nos tomamos una muy de vez en cuando porque son caras. Si sabes donde comprarlas y eres de la zona la sacas por 50 o 70 rupias, la diferencia es considerable.
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Potato callejero, riquísimo!!! |
Más tarde nos fuimos a comer un poco de Pakora (pasta de patata con chiles picantes y alguna cosa más que puede ser pasta de garbanzo), unos Somosa (empanadillas de vegetales diversos) y Potato ( como su nombre indica es patata con garbanzos y salsas picante y dulce a base de miel). Sobra decir que está todo acojonantemente bueno, hecho hemos cenado lo mismo. Cuatro piezas de somosa, 3 Potatos y un plato de Pakora nos han costado 140 rupias, algo más de 2 euros. Nos hemos puesto hasta las trancas.
Mientras comíamos hemos conocido a un vendedor de una tienda que estaba como loco por saber español. Con él hemos echado unas risas y aprendido a decir alguna palabra. Nos hemos tomado unos chais con él rodeados en algunos momentos por más de 50 personas. eso ha sido hasta que ha llegado la policía y nos ha pedido que no nos quedáramos allí porque estábamos colapsando la calle y hoy era un día muy especial.
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Puesta en Orcha, sobre el rio |
De ahí nos hemos ido a ver atardecer al rio. más de lo mismo, gente y gente que nos rodea esperando darnos la mano o echarse una foto con nosotros, hemos perdido la cuenta de la cantidad de gente que con su movil nos han fotografiado o nos han pedido una foto. El atardecer en el rio ha sido una pasada total. El sol se ha escondido detrás de un templo que iremos a ver mañana.
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Gala, Pilar y el chaval del cartel |
De vuelta nos hemos ido a ver un templo que está junto al mercado. Tenía una planta muy parecida a nuestras iglesias y catedrales y no había mucha gente dentro. Allí se nos ha pegado un chaval que tenía cierto retraso y era sordo. Nos ha dado un poco la chapa y solo se ha ido cuando hemos hecho lo que tantas veces se hace aquí si quieres que te dejen en paz, soltar diez rupias!!!. Eso si, al rato hemos visto a este mismo chico y había hecho una gran inversión con las diez rupias, se había comprado un pajarito para poner el la boca y soplar para hacerlo sonar o tirar agua con la parte de pistola de agua, no me quiero ni imaginar la combinación que sale de todo eso.
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El guaperas |
Eso es lo que vale tu tranquilidad. El problema está muchas veces no en pararte con un indio sino en ver que se empieza a arremolinarse la peña a nuestro alrededor. Los curiosos ven que hablamos con un indio y ya todo el mundo quiere hablar contigo, a veces es una locura!!!!!. en este templo hemos conocido a un tipo que por sus pintas vivía en la calle, parecía un aspirante a monje o algo así. Sus pies eran pequeños y gordos, ligeramente retorcidos y su piel era muy oscura. Era un guaperas de la leche, con unas barbas largas y un pelo grasiento como para hacerte un huevo frito y sobrarte para una tortilla de patata. El chaval era muy majo y terminó pidiendo sus rupias como no podía ser menos. Lo bueno es que le hice unas fotos, juzgar por vosotros mismos y abstraeros de la mierda que lleva encima. Imaginarlo subido a una pasarela con ropa de Loewe y después de tenerlo en agua caliente durante un buen rato en un maravilloso baño de burbujas. El agua utilizada ni para regar los campos, es tóxica seguro.
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Indios dándolo todo |
De ahí nos fuimos a ver otra vez al hombre de la tienda, al vendedor que quería hablar castellano. Con él hemos pasado un par de horas averiguando precios y viendo muuuuuchas cosas que en España valen un pastizal. Mientras estábamos con él nos decía "hoy es el día en el que Ramma se casa". Cuando hemos salido de allí nos hemos encontrado en medio de la locura total. Gente bailando casi en extasis, moviendo los brazos como si estuvieran pisando un cable pelado de alta tensión, pegando botes y dándose empujones mientras simulaban una boda. escribo esto en el hotel y se escuchan aún los altavoces a todo lo que dan. Superando la distorsión y el volumen que un oido humano puede aguantar en varios cientos de decibelios.
Todo esto aderezado con caballos que arrean
con un cable para que peguen botes y se revolucionen entre la multitud.
Durante un momento pasamos un poco de cague, caminábamos a contra corriente entre miles de personas que nos querían tocar, saludar o pasear a nuestro lado. Empujones, pisotones y mucha mucha policía nos hicieron desistir y por un rato estar junto al matrimonio y una bailarina transexual que bailaba poseida por algún espíritu bailongo.
Conseguimos salir de entre la multitud y aparcarnos en un lateral, junto a un hombre que allí había. Tras unos minutos fuera del peligro regresamos a comer al puesto callejero. Cenamos en el interior del comercio, en un pasillo en el que debía haber cucarachas con publicidad en los costados por su tamaño.
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Tatuando "amor de madre india" |
De allí nos fuimos de retirada no sin antes ver otro espectáculo callejero. Dos chavales sentados en el suelo tatuaban con una máquina rotativa hecha por ellos a todo el que tuviera unas rupias. Los tatuajes carceleros que hacían eran de cárcel para ellos. Eso si, las medidas de seguridad e higiene que usaban eran extremas, limpieza absoluta. Bueno, no. Más bien lo hacían en el suelo, entre la basura, rodeados de mil cabezas que metían la nariz hasta posarla sobre la aguja. Una aguja que era la misma para todos. Daban unas ganas de tatuarse que alucinas... bueno, siempre y cuando quieras morir de una hepatitis, sida o polimorfondurritis. Mientras se tatuaban nos miraban sonriendo como diciendo "bua tio, mira lo que me estoy haciendo colega!!!!". Si, lo vemos, te estás suicidando!!!!
Sin dar la extrema unción nos hemos ido de allí buscando la paz del hotel. No sin antes volver a meternos en medio del mogollón. Allí casi hemos sido pisoteados por caballos a los que arreban una y otra vez. Gala casi cae en una acequia lateral llena de mierda hasta la altura de la rodilla. Vamos, que si cae allí lo mismo la dejamos y no la tocamos ni con un palo.
Al final y tras una larga hora hemos conseguido coger el camino que lleva a nuestro hotel.
Un día muy divertido que ha dado para mucho. :)