JAIPUR, REENCUENTRO CON KAJOD

En el sleeper bus

Tras dos días sin escribir por fin podemos decir que vamos a descansar. Nos ha sido imposible. En realidad han sido dos días de odisea total. Muchas horas de bus y muuuuchos kilómetros.
Hicimos noche en el autobús que cogimos de Udaipur camino a Jaipur. Nos habíamos propuesto encontrarnos dos años después con Kajod el tuc tutero que nos llevó al monkey temple. Aquel al que se le estropeó el tuc tuc y le ayudamos a pagar la reparación, era poco dinero. Y de tan agradecido que quedó nos invitó a su casa para presentarnos a su familia.

Primer tuc tuc en el que iniciamos la búsqueda de Kajod

La labor era complicada, encontrar a una persona de la que no nos acordábamos de su nombre en una ciudad de casi 5 millones de habitantes se tornaba dificil por no decir imposible.

La llegada a Jaipur fue como poco extraña. El autobús llegó a la peor hora a la que se puede llegar a una ciudad que no conoces. A las 6 y media de la mañana. A esa hora no puedes coger un hotel para descansar porque la entrada se hace a partir de las 12 del mediodía, así que lo primero que hicimos fue buscar un lugar en el que nos dejaran ducharnos por un módico precio. Ni módico ni leches, nos costó 300 rupias pero mereció la pena después de 11 horas de autobús.

De la puerta del hotel nos fuimos en busca de nuestro amigo. Para ello cogimos un tuc tuc. Teníamos solo una pista. Nuestro amigo es uno de los miles de conductores que hay en Jaipur. Le preguntamos a uno, este preguntó a otro y cuando se preguntó a varios empezamos a pensar que aquello era imposible.

Entonces me acordé que en una de las fotos aparecía un restaurante de fondo y fue ahí donde hace dos años lo encontramos por primera vez y nos despedimos de él. Fuimos al restaurante en cuestión y a la primera persona que preguntamos nos dijo que era muy amigo suyo y que sabía cual era su casa. Fantástico. Para allí que fuimos.

La disfrazaron de india para que fuera a juego conmigo

Tras diez kilómetros y 100 rupias menos llegamos a su casa. Fue una super sorpresa, tanto para él como para nosotros como para el resto de la familia y vecinos, los cuales se acordaban perfectamente de la vez anterior. Sus hijas habían crecido un poco y se mostraron en todo momento super cercanos con nosotros. Pasamos a su habitación y nos pusieron chai. Después sacaron fruta para picar y más tarde pintaron a Pilar. Primero las uñas, luego las de los pies, más tarde un dibujo de henna en la mano izquierda y terminaron poniéndole un saree azul precioso típico del Rajasthan.

En la parada del autobús antes de irnos

Un amigo de la familia "Luky" nos contó que la familia había pasado un par de años terribles. Cuando llegamos nos sorprendió que la casa había perdido dos plantas y estaba semi derruida. Por lo visto la mafia les había tirado dos plantas y habían matado a parte de la familia y vecinos, un auténtico drama. La verdad es que poco más pudimos entender porque nadie quería hablar del tema, la cosa es que la casa tenía dos plantas menos y la familia se la veía más triste que la última vez.

Con la más pequeña en brazos, una preciosidad de niña que se acordaba de mi perfectamente

El colegio era más humilde que
el de Mumbai en 2011

Kajor nos acompañó todo el día y se empeño en llevarnos a ver la "Jungle" (selva). Nos imaginamos ver algo parecido al libro de la selva. La sorpresa fue grande cuando a diez kilómetros de su casa y desde detrás de una tapia nos mostró un patatal. Para ellos la selva es aquello que no controlan de serpientes, el lugar donde aún nadie ha entrado a plantar nada. Miraban desde la tapia guardando la distancia, fue muy curioso.

Nos llevó a ver un colegio rural, lleno de niños de extremada pobreza que solo comían una vez al día  y era en el colegio. El colegio era de una humildad extrema. Ni un solo pupitre, ni una sola silla, nada. Y todos los niños nos sonreían sin parar, los profesores incluidos. Estos últimos nos invitaron a comer frutos secos como modo de agradecimiento por la visita. El día fue increíble.

Al final del día nos llevaron al hotel de un amigo para hacernos un precio especial y resultó ser el mismo hotel en el que estuvimos la vez anterior. Increíble!.

Con Kajod y dos de sus cinco hijos

Al día siguiente nos llevaron otra vez a ver sitios, hicimos un poco de negocio y Kajod nos acompañó el día entero con su tuc tuc sin pedir una sola rupia a pesar de nuestra insistencia. A eso de las tres de la tarde le dijimos que por favor se fuera a trabajar y se fue despidiéndose de nosotros con cara de pena. Dos horas después volvía a regalarnos un libro de hindi para que aprendiésemos hindi y poder hablar mejor la próxima vez que nos volviésemos a ver.

Insistió y nos repitió en varias ocasiones que por favor la próxima vez nos quedáramos a dormir en su casa, que se sentía muy agradecido por la visita y que su familia había vivido dos días muy felices en nuestra compañía. Nos sentimos muy agradecidos con sus palabras y con sus atenciones.

Al final, nos acabó llevando hasta la estación de autobuses. Nos dejó en la misma plaza de dentro del bus. Nos despedimos de él con un abrazo enorme y con la promesa de volver a vernos. Kajod es una persona increíblemente  buena y su familia se ve que está muy unida. La conocimos entera. Abuelos, primos, cuñados, hermanos... todos.

En sleeper bus camino de Orchha, se empeñaron en que me sentara un minuto con ellos

Esta mañana y tras un viaje de 14 horas hemos llegado a Orchha. Otra vez aquí y nos hemos hecho con una habitación en el mismo centro del pueblo. Estamos con muchas ganas de descansar un poquito.
Nos vamos acercando a Varanasi, la ciudad mágica. Y nos acercamos con las mismas ganas que la vez anterior.

Hemos hecho un vídeo de toda la aventura con Kajod que intentaremos colgar cuanto antes, el encuentro y todo, pesa bastante así que no se si podremos colgarlo entero pero lo intentaremos porque ha quedado genial.

En un descanso en medio del porrón de horas camino de Orchha

Sin más, seguimos viaje. Namasté mere dost!!! ;)

Por cierto, no te pierdas la foto del día!!!