Pushkar ha sido un remanso de paz. Muchísimos extranjeros. Menos que otros años por lo que decían los comerciantes que siempre se quejan por todo. Por lo visto aquí también ha llegado la crisis, viven de los turistas que este año no terminan de llegar.
Nos hemos encontrado con españoles, franceses, ingleses y japoneses en mayor medida. De entre toda esta gente destacar una persona que nos ha dejado un gran recuerdo de nuestra estancia en esta ciudad. Su nombre es Oski, un chaval nacido en Santander que vive desde hace mucho años en un pueblo a las afueras de Sevilla. Trabaja comprando y vendiendo ropa de estilo indio por España. La compra en India y se la lleva para allá. Un tio muy majo y muy agradable con el que hemos compartido largas noches de charleta en Pushkar.
El último día nos despedimos de él con un fuerte abrazo y el deseo de volver a vernos en un futuro no muy lejano. Antes de irse nos dio este papel. Merece la pena leerlo. Son las 4 leyes espirituales y se pueden aplicar a todo el mundo. Hasta pronto Oski. ;)